Así como el plomo le añade lustre al cristal, el lenguaje directo asegura la fuerza y la transparencia de la poesía. Eso explicaría por qué estos poemas de Eileen Myles emocionan de una forma tan asombrosa; como una bocanada de aire fresco en el turbulento entorno urbano desde el que escribe. Myles definitivamente sabe que no existen subtítulos para decir las cosas como son.

John Ashbery

Eileen Myles tiene una forma de mirar que es una forma de vivir. Antes que la verdad definitiva, Myles escribe una clase de verdad absoluta subjetiva. Verdad interna. Esa verdad, a veces, es la verdad de la identidad; otras veces es la verdad del deseo y a veces es algo indefinible a lo que se llega a través del serio trabajo de la sinceridad.

Sarah Huener

Eileen Myles te agarra de las solapas y te habla con una elocuencia urgente comprometida con la lengua cotidiana. Los poemas de Yo no están hechos de versos breves que son como rápidos temblores de la cámara que te hacen tomar consciencia y al mismo tiempo fluyen como el agua cayendo por las cataratas del Niágara expandiéndose en infinitos sentidos.

Charles Bernstein

El efecto de Eileen Myles en los jóvenes, que persiste hasta el día de hoy, es la lección objetiva de cómo la literatura, en su mejor versión, debe crear sus propios lectores antes que servir a cualquier Dios preexistente.

Maggie Nelson

Myles aprecia los detalles más íntimos y vergonzosos de su vida no por lo que dicen de su propia biografía sino por lo que nos revelan de una cultura en la que todos estamos inmersos.

Chris Kraus