Los cuentos de Pedro Saborido tienen el sello indeleble de la risa y la reflexión. Sus libros son imperdibles, lúcidos, delirantes, y hablan de nuestro tiempo. Una historia del amor, por si todo eso no bastara, es también un texto adorable que llega en tiempos difíciles. Su movimiento es evidente: el rescate antes del abismo. Las herramientas son las acostumbradas: grandes historias, personajes hilarantes, gente sensible y gente que no, paisajes reconocibles y vacilaciones humanas.
La mirada del autor sobre el amor es generosa, propia del observador agudo, con dosis recomendadas de compasión y ternura. Y también es sorprendente. Hay borradores de teorías, anotaciones para seguir pensando, muchas preguntas, algunas respuestas y, a modo de fondo de pantalla, un pensamiento posible que aquí se extrae de uno de los relatos: “Y vivieron felices e infelices para siempre, que es todo lo que se le puede pedir al amor, la imperfección más conveniente que puede ofrecernos la vida”.
Los cuentos de Pedro Saborido tienen el sello indeleble de la risa y la reflexión. Sus libros son imperdibles, lúcidos, delirantes, y hablan de nuestro tiempo. Una historia del amor, por si todo eso no bastara, es también un texto adorable que llega en tiempos difíciles. Su movimiento es evidente: el rescate antes del abismo. Las herramientas son las acostumbradas: grandes historias, personajes hilarantes, gente sensible y gente que no, paisajes reconocibles y vacilaciones humanas.
La mirada del autor sobre el amor es generosa, propia del observador agudo, con dosis recomendadas de compasión y ternura. Y también es sorprendente. Hay borradores de teorías, anotaciones para seguir pensando, muchas preguntas, algunas respuestas y, a modo de fondo de pantalla, un pensamiento posible que aquí se extrae de uno de los relatos: “Y vivieron felices e infelices para siempre, que es todo lo que se le puede pedir al amor, la imperfección más conveniente que puede ofrecernos la vida”.