Luego de su contundente debut, Azares del cuerpo, María Ospina Pizano regresa con una novela que es animales y movimiento: una tángara migratoria lucha con los desvíos que imponen las luces de la ciudad y sus edificios, una puercoespín huérfana es alimentada con leche humana, dos perras se refugian juntas de sus abandonos y un cucarrón recién salido de la tierra se extravía. Estos seres vuelan, se acurrucan, se arrastran, gruñen, lamen, olisquean, se trepan y buscan morada por estas páginas de extraordinaria literatura. Ospina Pizano nos regala fogonazos de vida a través de aquellas criaturas que existen a plena vista sin ser vistas, pero que aquí (y siempre) son testigos de las heridas humanas.
Luego de su contundente debut, Azares del cuerpo, María Ospina Pizano regresa con una novela que es animales y movimiento: una tángara migratoria lucha con los desvíos que imponen las luces de la ciudad y sus edificios, una puercoespín huérfana es alimentada con leche humana, dos perras se refugian juntas de sus abandonos y un cucarrón recién salido de la tierra se extravía. Estos seres vuelan, se acurrucan, se arrastran, gruñen, lamen, olisquean, se trepan y buscan morada por estas páginas de extraordinaria literatura. Ospina Pizano nos regala fogonazos de vida a través de aquellas criaturas que existen a plena vista sin ser vistas, pero que aquí (y siempre) son testigos de las heridas humanas.