Los espejismos se desprenden de la realidad como el vapor mercurial de la distancia sobre una carretera. Etérea. Está allí y es inalcanzable. Cuando se la piensa dominada, lo que creemos real se dobla sobre sí mismo, o se despliega como el pañuelo de un mago.
Sergio Bizzio expone el fondo de la galera. Todo parece estar como es. Y sin embargo... toc toc en la copa y unos ejemplares singulares de la especie humana alcanzan velocidades extraordinarias; una muñeca cobra vida y se extingue o alguien tiene que lidiar con el poder de que se cumplan todos sus deseos...
En Bongo fury, este escritor genial muestra la plenitud de su arte. El tiempo se acelera exponencialmente; las voces se tornan inaudibles; las geografías mudan y los cuerpos se tuercen en acrobacias insólitas. Cada cuento se abre a la dimensión desconocida que encierran los días que habitamos.
Los espejismos se desprenden de la realidad como el vapor mercurial de la distancia sobre una carretera. Etérea. Está allí y es inalcanzable. Cuando se la piensa dominada, lo que creemos real se dobla sobre sí mismo, o se despliega como el pañuelo de un mago.
Sergio Bizzio expone el fondo de la galera. Todo parece estar como es. Y sin embargo... toc toc en la copa y unos ejemplares singulares de la especie humana alcanzan velocidades extraordinarias; una muñeca cobra vida y se extingue o alguien tiene que lidiar con el poder de que se cumplan todos sus deseos...
En Bongo fury, este escritor genial muestra la plenitud de su arte. El tiempo se acelera exponencialmente; las voces se tornan inaudibles; las geografías mudan y los cuerpos se tuercen en acrobacias insólitas. Cada cuento se abre a la dimensión desconocida que encierran los días que habitamos.