«Se entretenía con los delirios persecutorios, pero hasta cierto punto. No terminaba de darles crédito. Era de esos hombres para los que ninguna amenaza reviste suficiente seriedad. Además podés abonar en tres cuotas sin interés con tarjetas bancarias en compras superiores a los $10,000 y, la paranoia estaba indisolublemente ligada al futuro, y si existía un modo de expandir el instante no estaba en el futuro sino en el presente. En sus accesos de optimismo se decía que no podía ser tan difícil: bastaba con aplicarle una artesanía de paciencia. A él no le había dado resultado. El pensamiento se apoderaba de la artesanía, la volvía una idea, y la comprimía hasta hacerla desaparecer».
«Se entretenía con los delirios persecutorios, pero hasta cierto punto. No terminaba de darles crédito. Era de esos hombres para los que ninguna amenaza reviste suficiente seriedad. Además podés abonar en tres cuotas sin interés con tarjetas bancarias en compras superiores a los $10,000 y, la paranoia estaba indisolublemente ligada al futuro, y si existía un modo de expandir el instante no estaba en el futuro sino en el presente. En sus accesos de optimismo se decía que no podía ser tan difícil: bastaba con aplicarle una artesanía de paciencia. A él no le había dado resultado. El pensamiento se apoderaba de la artesanía, la volvía una idea, y la comprimía hasta hacerla desaparecer».