En 1938, gobernado por una dictadura nacionalista, Japón emprende una guerra para expandirse en Asia. La xenofobia está a la orden del día. En ese mismo momento, en Tokio, cuatro músicos aficionados, Yu, de origen japonés y tres estudiantes chinos, amantes de la música clásica occidental, se reúnen regularmente para ensayar Rosamunda, la sonata de Schubert. Son sesiones idílicas, que acaso los hace olvidar brevemente el clima de terror e intolerancia que los rodea.
El amparo de Schubert dura poco. En medio de un ensayo, ingresa una patrulla militar, los maltrata, los detiene y ya no se volverá a saber de ellos. El hijo de Yu, Rei, observa todo escondido en un armario. Un teniente abre la puerta y lo descubre. Cruzan miradas en una larga y tensa escena, donde lo peor puede suceder. Sin embargo, el teniente le entrega el magnífico violín de su padre, destruido por los soldados, y se marcha, sin delatarlo.
Es un momento que marcará su vida, el momento de la piedad y el perdón que interrumpen la crueldad y la violencia homicida. Será adoptado por una familia francesa, se mudará a Francia, adoptará un nuevo nombre, Jacques Maillard, se convertirá en un destacadísimo luthier. Pero no olvidará. Tras años de paciente trabajo, restaurará el violín de su padre y volverá a Japón, a cerrar el círculo que la compasión del teniente abrió.
Con una prosa sugerente y exquisita, Akira Mizubayashi, escribió una novela conmovedora sobre el poder de la evocación y la memoria. Ganadora en 2020 del Premio de los Libreros de Francia, el mismo que en su momento obtuvieran La elegancia del erizo y Nada se opone a la noche, Alma partida narra con delicadeza y sobriedad una historia signada por el duelo imposible, el desarraigo y el renacimiento.
En 1938, gobernado por una dictadura nacionalista, Japón emprende una guerra para expandirse en Asia. La xenofobia está a la orden del día. En ese mismo momento, en Tokio, cuatro músicos aficionados, Yu, de origen japonés y tres estudiantes chinos, amantes de la música clásica occidental, se reúnen regularmente para ensayar Rosamunda, la sonata de Schubert. Son sesiones idílicas, que acaso los hace olvidar brevemente el clima de terror e intolerancia que los rodea.
El amparo de Schubert dura poco. En medio de un ensayo, ingresa una patrulla militar, los maltrata, los detiene y ya no se volverá a saber de ellos. El hijo de Yu, Rei, observa todo escondido en un armario. Un teniente abre la puerta y lo descubre. Cruzan miradas en una larga y tensa escena, donde lo peor puede suceder. Sin embargo, el teniente le entrega el magnífico violín de su padre, destruido por los soldados, y se marcha, sin delatarlo.
Es un momento que marcará su vida, el momento de la piedad y el perdón que interrumpen la crueldad y la violencia homicida. Será adoptado por una familia francesa, se mudará a Francia, adoptará un nuevo nombre, Jacques Maillard, se convertirá en un destacadísimo luthier. Pero no olvidará. Tras años de paciente trabajo, restaurará el violín de su padre y volverá a Japón, a cerrar el círculo que la compasión del teniente abrió.
Con una prosa sugerente y exquisita, Akira Mizubayashi, escribió una novela conmovedora sobre el poder de la evocación y la memoria. Ganadora en 2020 del Premio de los Libreros de Francia, el mismo que en su momento obtuvieran La elegancia del erizo y Nada se opone a la noche, Alma partida narra con delicadeza y sobriedad una historia signada por el duelo imposible, el desarraigo y el renacimiento.