Este libro es la continuación del cine de Martín Rejtman por otros medios. Mezcla de autobiografía oral, retrato a coro y tratado de poética cinematográfica. Una historia personal, pero también estético-generacional y, de refilón, una historia del país a secas. En Es solo una película podemos ver el mundo Rejtman, oír su voz, más confiada y abierta que nunca, en esas tres capas de historia superpuestas en una sola pista, de modo que la peripecia más anecdótica cobra valor de principio estético, las ideas se confunden con los chistes, los percances se vuelven métodos y el cine pasa a ser otra vez, por fin, eso que solo sigue siendo en los verdaderos cineastas: una forma de vida. La que retrata este libro es ligera, cómica, disparatada. Por momentos es pura velocidad y acumulación; por otros, contemplación, tiempo muerto. Está llena de ecos y azares, de accidentes y porfías. Transcurre en barrios, casas prestadas, familias de clase media, aeropuertos y hasta en la trastienda de un jet set internacional primerizo, poblado de ciudades europeas de segunda y productores al borde de la ilegalidad. El solo de Es solo una película (título de la primera película que Rejtman filmó en su vida) no tiene que engañarnos. Más que de modestia, es señal de inmanencia y de fe. Cuando Rejtman dice que el cine no es más que el cine, lo que dice es que el cine es todo: toda una vida. Un cine-vida.

Es solo una película - El cine según Martín Rejtman - La Crujía Editorial

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Este libro es la continuación del cine de Martín Rejtman por otros medios. Mezcla de autobiografía oral, retrato a coro y tratado de poética cinematográfica. Una historia personal, pero también estético-generacional y, de refilón, una historia del país a secas. En Es solo una película podemos ver el mundo Rejtman, oír su voz, más confiada y abierta que nunca, en esas tres capas de historia superpuestas en una sola pista, de modo que la peripecia más anecdótica cobra valor de principio estético, las ideas se confunden con los chistes, los percances se vuelven métodos y el cine pasa a ser otra vez, por fin, eso que solo sigue siendo en los verdaderos cineastas: una forma de vida. La que retrata este libro es ligera, cómica, disparatada. Por momentos es pura velocidad y acumulación; por otros, contemplación, tiempo muerto. Está llena de ecos y azares, de accidentes y porfías. Transcurre en barrios, casas prestadas, familias de clase media, aeropuertos y hasta en la trastienda de un jet set internacional primerizo, poblado de ciudades europeas de segunda y productores al borde de la ilegalidad. El solo de Es solo una película (título de la primera película que Rejtman filmó en su vida) no tiene que engañarnos. Más que de modestia, es señal de inmanencia y de fe. Cuando Rejtman dice que el cine no es más que el cine, lo que dice es que el cine es todo: toda una vida. Un cine-vida.

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